sábado, 3 de septiembre de 2011

Choque de gigantes

Perdición (Double Indemnity, 1944) es la primera obra maestra de Billy Wilder, el mejor ejemplo de lo que es un film noir. Basada en Pacto de Sangre (Double Indemnity) una novela corta de James M. Cain (autor también de El Cartero siempre llama dos veces), está protagonizada por Barbara Stanwyck, Fred MacMurray y Edward G. Robinson y fue nominada a 7 Oscars, entre ellos al mejor guión, obra de Billy Wilder y Raymond Chandler. Pero hoy no vamos a hablar de la película (segun Woody Allen: "la mejor película hecha jamás") sino de su guión. O, mejor dicho, de los problemas que surgieron entre Wilder y Chandler mientras escribían ese guión.

En los inicios de su carrera, el colaborador habitual de Wilder para escribir los guiones era Charles Brackett. Sin embargo, Brackett consideraba Pacto de Sangre "demasiado sombría" y "chabacana", con lo que decidió no colaborar con Wilder en su adaptación (fue una separación provisional, ya que volverían a trabajar  juntos en otras cuatro películas, entre ellas El Crepúsculo de los Dioses. En total escribieron juntos 13 películas).

Como Brackett no quería escribir la película, Wilder pensó en contar con la colaboración del propio Cain para escribir el guión, pero éste estaba trabajando en otra película y no estaba disponible (aunque luego Cain dijo que nadie le pidió su colaboración). El estudio sugirió entonces el nombre de Raymond Chandler, autor de novelas como El Sueño Eterno (The Big Sleep) o Adiós, Muñeca (Farewell, My Lovely). 

Billy Wilder
Chandler no había trabajado nunca en el cine (luego escribiría tres películas más, entre ellas Extraños en un tren) y su relación con Wilder fue compleja desde el principio. Es más, Billy Wilder llegó a decir, en una entrevista con Cameron Crowe para su libro Conversaciones con Billy Wilder, que Chandler "tenía mucho de Hitler". 

En aquella época Chandler tenía casi sesenta años y era un alcohólico rehabilitado. Wilder, mucho más joven, llevaba una vida bastante disoluta y eso molestaba mucho al novelista. De hecho, es estres de escribir esta película y la comlicada relación con Wilder hicieron que Chandler recayera en su alcoholismo. En esa misma entrevista con Cameron Crowe que he mencionado antes, Wilder cuenta lo siguiente: " (...) llamé a unas chicas, seis chicas. Una de ellas me tuvo quince minutos al teléfono ... y él se escandalizó. No podía soportarlo, porque era impotente, supongo. Tenía una mujer mucho mayor que él, y pertenecía a Alcohólicos Anonimos; algo innecesario, porque volvió a ser un borracho en cuanto acabamos". En otra entrevista, publicada en un libro escrito por Kevin Lally, Wilder afirma que lo condujo de nuevo a la bebida. Es más, la siguiente película de Wilder fue Dias sin huella (The Lost Weekend, 1945) basada en la novela de Charles R. Jackson sobre  un escritor alcohólico, y fue precisamente la relación con Chandler la que llevó a Wilder a hacer esta película, en sus propias palabras, para "intentar explicar a Chandler como era" ("to explain Chandler to himself.")

Raymond Chandler
A pesar de la mala relación de ambos, Wilder admiraba la capacidad de Chandler de escribir dialogos y descripciones: "Era caótico pero sabía escribir una frase redonda". 

La tumultuosa relación de Chandler y Wilder dio lugar a un guión magnífico y James M. Cain estaba encantado con el resultado. Llegó a decir que era la primera vez que veía una película basada en uno de sus libros en la que había cambios que le habría gustado que se le hubieran ocurrido a él, como el nuevo final, que creía mejor que el que él había escrito en la novela. 

  Tras esta película, Wilder volvió a trabajar con Brackett (en la ya mencionada Días sin huella) y Chandler escribió The Blue Dahlia (La Dalia Azul), su único guión original, por el que fue nominado al Oscar en 1946.

2 comentarios:

David Cotos dijo...

Excelente película. Realmente genial.

Ali dijo...

Gracias por el comentario! Sí, una película genial.